Pierde el Athletic

Derrotas como la muy merecida e inapelable ante el Barça dejan, más allá del juego o el resultado, una tremenda sensación de vacío. Porque no solo se van los tres puntos. Se pierden muchas más cosas. Cosas esenciales para quienes son (somos) del Athletic.

Athletic-Barcelona, liga, san mames, aficion... FOTO ignacio perezLa idiosincrasia rojiblanca se ha sostenido tradicionalmente sobre tres patas: la especial implicación de sus futbolistas a través de una filosofía deportiva especial, un particular modo de hacer las cosas -conocido como gure estiloa-, y el apoyo incondicional de su afición. Y las tres cosas se vieron cuestionadas anoche.

En vez de servir de consuelo, la intensidad  con la que los jugadores salieron de inicio a por los azulgrana provoca sorpresa, perplejidad y hasta cabreo. La mala noche de algunos hombres concretos, la dificultad para replegarse ante las contras y las típicas pulgas del perro flaco dejaron un 0-2 al descanso, pero con pasión el equipo fue claramente otro. ¿Solo se pueden jugar con esas ganas dos o tres partidos al año? ¿Qué se puede hacer para tener un conjunto así de enchufado otros días? ¿No merece el aficionado esa actitud en la mayoría de encuentros?

Sobre el estilo Athletic habría que reflexionar a fondo otro día, vista la reacción de socios y aficionados (en San Mamés y en las redes) contra Luis Suárez tras la brutal entrada de Etxeita. Vistos otros episodios parecidos de los últimos años, especialmente contra los equipos de arriba. Visto el bajón en educación y respeto. O visto el criterio cada vez más caprichoso y voluble a la hora de dispensar pitos, aplausos o indiferencia.

Pero lo más triste fue terminar de constatar, que, actitud hacia el rival aparte, la caldera de San Mamés pierde fuelle a pasos agigantados. Esa afición que «en los momentos de debilidad te da la mano para que no te ahogues» parece haberse transformado en el público de una serie de conferencias sobre Derecho administrativo.

Y sí, era un domingo a las 21.00 con 6ºC y medio día del club (buen detalle con el socio). Y vale, el equipo hace meses que no transmite ninguna emoción. Pero el Athletic ha llegado adonde ha llegado, en gran parte, porque su hinchada sabía interpretar las necesidades del equipo y darle aliento para llevarle a la victoria.

No hace tantos años que vimos como una afición ganaba, con la ayuda de su equipo, una semifinal de Copa. Poco antes habíamos entendido el significado de la palabra incondicional, cuando el club se asomó al abismo. En las últimas temporadas, en cambio, el panorama se vuelve desolador.

La celebrada Catedral es ahora templo de silencios sonrojantes, murmullos de desaprobación y chasquidos de pipas al abrirse. El traslado al nuevo estadio parece que ha acabado definitivamente con la magia, y es mucho más difícil que prenda la mecha. Los cánticos son pocos, y el calor para apretar al rival o llevar en volandas al equipo ha desaparecido incluso en los partidos grandes. Si hay suerte, se canta el himno al principio. Y ya. El agua no hierve como antes y, por eso, es imposible que desborde.

La autocrítica no es traición, sino todo lo contrario. Así que podemos seguir autocomplacientes, diciéndonos a nosotros mismos que somos diferentes mientras -como decía Iragorri- cada vez nos acercamos más al montón. O podemos empezar a replantearnos muy en serio quiénes somos y qué queremos ser. La ilusión de la semifinal de Copa puede y debe servir de hilo conductor. Pero hay que ponerse a ello ya. Para no acabar siendo un viejo aristócrata del fútbol al que de su buen hacer, de la gloria y de la admiración que despertaba en el pasado no le quede más que el apellido.

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4 respuestas a Pierde el Athletic

  1. jesus emilio diez de mier "txutxi" dijo:

    No puedo estar mas de acuerdo. El nuevo campo es muy bonito, pero NO ME GUSTA. Hay un axioma claro: si el publico anima, el equipo juega con mas intensidad, y por lo tanto presiona mas y arrincona al rival. En este campo no se transmite el ánimo ni se contagia el ambiente como pasaba en el viejo. Muchas veces este año y el anterior el equipo ha necesitado de un San Mamés enardecido y lo que veo a mi alrededor es gente callada, no dispuesta a esforzarse para ayudar. Y como excusa, algo que me enerva: «es que son ellos los que no transmiten nada»!
    Es así de facil: ¿quieres que tu equipo juegue mejor? Pues si la respuesta es sí, anima más. Aunque no te apetezca. Considero que el público tiene su cuota de responsabilidad en los resultados, tanto para bien como para mal, y este año desde luego estamos en línea con lo acontecido en el cesped: gris.

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